La salud mental ha sido un tabú por muchos años. En algún momento (y a veces todavía sucede) si decías que no te sentías emocionalmente bien, quizás podían catalogarte de “loca”. Con el pasar de los años, este tabú ha ido eliminándose poco a poco. Aunque aún queda un camino largo por recorrer, es muy importante que en el presente se pueda hablar de temas como la salud mental sin estigmatizarlo. 

Seguro que alguna vez escuchaste a alguien hablando sobre tu salud física y diciéndote que la cuides con una buena alimentación, con ejercicios y yendo a tus consultas médicas anuales. Además, si te caes y te fracturas o raspas, inmediatamente irías al médico, ¿no? Lo mismo sucedería si te duele una muela: irías al odontólogo. 

¿Por qué es tan diferente con la salud mental? Recordemos que es igual de importante que la salud física y que ambas se complementan para que tengamos una vida saludable. Por eso, si sientes que algo te duele en tu interior, no busques minimizarlo, mejor busca ayuda o comunícalo para que otras personas puedan apoyarte. 

Dejar pasar ese malestar no hará que desaparezca, muchas veces todo lo contrario: crecerá hasta que no sepas muy bien qué hacer con él. Por eso, si está dentro de tus posibilidades, busca ayuda de un profesional de la salud mental. 

Y si quieres comenzar a cuidar de tu salud mental en general, hoy tenemos varios consejos que podrían funcionarte. ¿Preparada?

#1. Ejercítate regularmente. Como te decíamos, la salud mental y física van de la mano. Por eso, dedicar unos 30 minutos a hacer ejercicio es una forma de mejorar tu humor y tu salud mental. 

#2. Come saludable y toma agua. Una dieta balanceada y una buena hidratación son importantes para mantener nuestra energía y estar enfocadas en lo que tengamos que hacer durante el día. Y si es posible, deberíamos evitar excedernos en el consumo de la cafeína. 

#3. Ten el dormir como una prioridad. Sí, ¡una prioridad! Cumplir con nuestras horas de sueño es muy importante para sentir que realmente descansamos. Por eso, se recomienda alejarnos de las pantallas y luces al menos una hora antes de acostarnos para que nuestro cerebro se desconecte. 

#4. Practica la gratitud. Sabemos que no todos los días son perfectos, pero fijarnos en los highlights diarios de nuestra vida es una manera de enfocarnos y agradecer por las cosas positivas que nos suceden.

#5. Haz alguna actividad que te relaje. Todo depende de ti, pero puedes experimentar con la meditación, el journaling, el yoga o alguna actividad que te permita enfocarte en tu respiración y sea un espacio para que te desconectes. 

Como ves, hay pequeñas cosas que podemos hacer para cuidar de nuestra salud mental a diario. Pero si esto no te funciona y algo en tu interior se siente mal, recuerda que siempre puedes buscar ayuda profesional. Cuidar tu mente también es darte amor propio. 

Love, Maka.

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