Cada cabello es un mundo… ¡Literalmente!

Hay rizos, lisos, secos, hidratados, largos, cortos, con tinte y sin él. En fin, las posibilidades son muchísimas y todo depende de la personalidad de cada una de nosotras, ¿no crees?

Dentro de todas esas formas de cabello, hay uno que no suele ser tan fácil de tratar: el cabello fino o delgado. Puede que alguna vez una amiga te haya dicho que su cabello es así y que por eso se le enreda más de lo que debería o que se le ve sin volumen.

Este tipo de cabello es una realidad, y en lugar de enfocarnos en lo que está mal sobre él, mejor vamos a concentrarnos en lo positivo y cómo podemos sacarle el máximo provecho. Créenos esto: cuando cuidamos bien nuestro cabello, no importa tanto cómo es, sino cómo se ve en el día a día. 

¿Qué es el cabello fino?

Es un tipo de cabello que se diferencia del normal por ser un poco más delgado; además, se dice que tiene tendencia a las puntas abiertas, así que va a necesitar más cuidado para evitarlo. 

Expertos comentan que una buena forma de saber si tu cabello es fino consiste en prestar atención a cuánto tiempo tarda en secarse luego de mojarlo: si se seca muy rápido, probablemente estemos en presencia de un cabello fino.

Importante: el cabello fino no quiere decir que tengas menos cabello que alguien más, lo que quiere decir es que el grosor de tu cabello es más delgado de lo que solemos conseguir. Y son muchas las recomendaciones sobre con cuál estilo llevarlo, pero eso depende completamente de ti.  

¿Qué hacer si tengo este tipo de cabello?

«Bien, perfecto, ya sé que tengo el cabello fino. ¿Qué puedo hacer ahora?». 

Esta es una muy buena pregunta, y lo primero que te recomendaríamos es no alarmarte o pensar que tienes un problema. Como te dijimos antes, cualquier tipo de cabello se ve maravilloso con los cuidados adecuados, así que lo que tienes que hacer es prestar atención a los productos que usas a diario.

Te dejamos algunos consejos con lo que deberías (y no) hacer:

#1. Elige cuidadosamente los productos que vayas a usar. Esta es nuestra recomendación casi siempre, pero te prometemos que cuando comenzamos a tomar en cuenta los productos que usamos, todo cambia para bien. 

Cuando tenemos este tipo de cabello, lo recomendable es elegir productos que estén especialmente hechos para él y, preferiblemente, que no tengan sal, sulfatos ni parabenos.

#2. Evita la plancha. Como siempre te decimos, es importante aplicar tu protector térmico si usarás plancha, secador o rizador. En el caso del cabello fino, usar demasiado la plancha puede terminar por romperlo, así que te recomendamos planchar con moderación. 

#3. Hacer cortes en seco. Si has ido a la peluquería te ha pasado que te cortan el cabello estando mojado, ¿verdad? Para el cabello fino, cortarlo sin estar mojado es una buena opción para localizar los lugares en que las puntas están más abiertas y así eliminarlas con más precisión. 

#4. Juega con el secador para crear volumen. Recordatorio: ¡usa tu protector térmico! Ahora sí: si tienes el cabello fino, seguro que te gustaría añadirle un poco más de volumen, y para eso te recomendamos tomar tu secador, ponerlo en el nivel más bajo y usar tus manos mientras lo pasas en la dirección que crece tu cabello. 

Plus: puedes usar champú en seco para crear volumen también (no, no importa que tu cabello esté limpio). 

¿Preparada para jugar con tu cabello? ¡Claro que sí! Atrévete a aplicar estos consejos y verás que te sentirás aún más feliz con tu tipo de cabello. Lo más importante es darle amor. 

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