El año está por terminar y en muchos lugares del mundo comienza una época que nuestro cabello puede llegar a temer: ¡el frío! Y es que, así como sucede con el calor, estas temperaturas extremas pueden hacerle daño si no tomamos las precauciones necesarias. 

A veces podemos preocuparnos o desanimarnos al ver que nuestro cabello no se siente igual que siempre, o que se ve como si necesitara una hidratación, pero el primer paso para poder ayudarle y evitarte estos momentos en el futuro, es entender lo que le sucede cuando experimenta cambios de temperatura que no acostumbra.

Lo más importante es entender a qué se expone nuestro cabello cuando pasa por mucho frío (o mucho calor): ¡se deshidrata! Y así como puede pasarte a ti cuando tienes mucha sed, tu cabello sentirá que no está dando su 100 % porque no tiene cómo hacerlo. Por eso, es muy importante que si te vas a exponer al frío, refuerces tus tratamientos hidratantes.

Ahora que entendimos lo del frío, ¿qué sucede con la calefacción? Como mi cabello se reseca con la baja temperatura, ¿con el calor no debería volver a su normalidad? ¡No! Como te dijimos al principio, las temperaturas extremas suelen deshidratar nuestro cuero cabelludo, y si tu cabello de por sí es seco, entonces va a notarse más. 

Pero no te alarmes: ¡todo tiene solución! Así que vamos a contarte de qué manera puedes cuidar tu cabello del frío (o del calor): 

#1. Usa un humidificador

Este es un secreto que no muchas conocen, pero que hoy te queremos compartir. Cuando usamos la calefacción en nuestras casas, el ambiente se vuelve muy seco y, por lo tanto, también nuestro cabello.

Por eso, lo mejor que puedes hacer es contrarrestar este efecto y devolverle la humedad a tu espacio, y créenos cuando te decimos que tu cabello terminará agradeciéndotelo muchísimo.

#2. No olvides los productos hidratantes

Opta por tratamientos o productos que tengan aceites en sus ingredientes, una buena opción es nuestra línea hidratante, y si vas a usar calor en tu cabello, no olvides aplicarte un buen protector térmico, porque no queremos que se vea doblemente afectado. 

#3. Usa tus gorros preferidos

Este es un buen momento para sacar de tu closet esos gorros que nunca pudiste usar o comprar esos que veías pero no te animabas a tener por alguna u otra razón.

Los gorros, además de ser un accesorio muy divertido para tu look de invierno, cubren tu cabello de todos los elementos del entorno, protegiéndolo del frío, la resequedad y el quiebre.

Te recomendamos usar gorros de materiales como seda o satín, ya que materiales como la lana o el algodón pueden quebrar tu cabello y eso es precisamente lo que no queremos.  

#4. Disminuye la temperatura del agua al bañarte

Es cierto que el vapor puede ser un buen aliado para nuestro cabello y el efecto del frío, pero también lo es que el agua caliente podría eliminar la humedad en él, volviéndolo quebradizo y más sensible a romperse. Por eso, te recomendamos lavar tu cabello con agua tibia y enjuagarlo con agua fría para evitar todo lo anterior. 

#5. Evita salir con el cabello mojado

¿Sabías que el cabello mojado es más propenso a dañarse que el cabello seco? ¡Sí! De hecho, si estás en un clima frío y sales de tu casa con el cabello mojado, lo más probable es que termine quebrándose o congelándose (¡nada recomendable!). Así que si tienes el cabello mojado, mejor usa un secador antes de salir para que no haya ninguna preocupación (ojo: ¡no te olvides del protector térmico antes del calor!).

Como ves, cada clima requerirá de diferentes medidas por nuestra parte. Todo se trata de entender nuestro cabello y darle lo que pide según sea la situación.

Recuerda: cuidar nuestro cabello es una forma de cuidarnos a nosotras mismas, de darnos amor.

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